Las Combi
Ha estado en producción continua desde
1950 pero la compañía Volkswagen de Brasil, el último país donde los vehículos
seguían fabricándose, cesó la producción de la clásica Combi este martes, el
último día de 2013.
Los vehículos se fabricaron en
Hanover, Alemania, hasta 1979, y su producción siguió en Brasil a partir
de ese momento. Terminan su historia siendo los vehículos que se han producido
por más tiempo en la historia del automóvil, de acuerdo con Volkswagen.
Alrededor de 3,5 millones de estos
vehículos fueron fabricados. Ellos portan historias de hippies, surfistas y
memorias de viaje.
El vehículo dejará de producirse debido
a que no cumple con las nuevas medidas de seguridad que entrarán en vigor el
próximo año en Brasil. Modificarlo para que tenga bolsas de aire en los
asientos y frenos antibloqueo costaría demasiado, señaló la compañía.
El año que viene las viejas Combis
serán todo lo que quede de un tiempo donde las personas estaban menos
preocupadas en llegar a un lugar rápido y los recuerdos de quienes hicieron de
la Combi un icono del transporte.
Así lo recuerda Gary Garfield, un
hombre de California que en 1973 viajó como mochilero a Europa, con 7.000
dólares en la bolsa y deseos de conocer el mundo. Una parte del dinero lo
destinó a comprar una Combi Volkswagen 1967, un vehículo que estaba un poco
destartalado pero que consideró confiable.
Le colocó una cama y le instaló
estantes. Durante los siguientes 10 meses se convirtió en la casa rodante de él
y su esposa. Con ella batallaron con las arenas del desierto en
Argelia y una intoxicación alimentaria en Túnez.
La historia de Garfield la comparten
otros aficionados a las Combis del mundo.
Hippies y surfistas
La Combi se convirtió en un sinónimo de
la década de los 60 y 70 por los hippies y los surfistas, debido a que las
condiciones del vehículo les permitían cargar sus tablas, equipo de música
y equipaje dentro o encima de su techo. Todo a un precio relativamente
barato y con un mantenimiento sencillo.
La Combi de Garfield solo requirió que
le repararan una llanta ponchada y cambiarle la batería en 10 meses de viaje.
Algunos de los aficionados a estos
vehículos les pusieron nombres. Tal es el caso del iReporter Jason Kauffman, de
40 años, que llamó a su Combi Doble D. “No quería
poseer nada más que una Combi”.
Otros iReporters llamaron a sus Combis Bus Gus, Homero, Claire y Charlotte.
“Carros como las Combis son más que
solo vehículos, son iconos culturales”, consideró Vince Moellering, de 32 años.
Grupos en línea
Pese al cese de la producción, hay
personas que buscan mantener sus vehículos con vida, como es el caso de los
miembros del Club Combi, un grupo en línea de Australia cofundado y patrocinado
por The Bus Stop, un distribuidor de partes.
Roy de The Bus Stop señala que consigue refacciones para los aficionados
a las Combis en Australia, Nueva Zelandia, Singapur, Sudáfrica, Canadá y otros
países.
“Una vez que has manejado una Combi estás enganchado de por vida”,
consideró.
¿Pero por qué?
Después de todo estos vehículos, al menos en su forma original, son
lentos, tienen una suspensión poco confiable y no ofrecen muchas comodidades ni
en clima frío ni caluroso.
"La Combi ejemplifica el espíritu libre de los activistas por la
paz, los amantes, los viajeros, los campistas y las familias que se mueven
juntas en este planeta”, señaló Garfield.
La simpleza del vehículo lo ha llevado a mantenerse relevante este
siglo. Ha sufrido muchas modificaciones pero su apariencia singular hace que
sea reconocible a primera vista.
El modelo fabricado en Brasil estaba basado en la segunda fase del Tipo
2 que fue producida en Alemania entre 1967 y 1979. Difiere de la primera fase
en que tiene un motor más grande, mayor peso y ventanas más amplias.
Además su maquinaria es fácil de arreglar cuando se descompone. Bryan
Scott, dueño de una Combi, dice que parte del encanto del vehículo para él es
que “puede ser arreglada en cualquier parte y por cualquiera”.
La versatilidad de una Combi también viene incluida en su nombre, que
viene el alemán Kombinationskraftwagen, una combinación de
un vehículo de pasajeros y uno de carga.
Cuando Gary Garfield completó su viaje en 1973, vendió la Combi que le
había servido de forma tan confiable y miró como se alejaba el coche “que
ofrecería buenos recuerdos a su nuevo propietario”, expresó.
La devoción que algunos tienen hacia estos vehículos mantiene la
esperanza de sus seguidores de que las Combis recorrerán las carreteras del
mundo por muchos años más.
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