Viajes en trenes de ensueño por el mundo

El Transiberiano

Este viaje es mucho más que un viaje en tren. Porque los 9.500 km de vía de este tren espectacular llamado Transiberiano, van desde Moscú hasta Vladivostok, y permite al pasajero vivir, desde sus ventanillas, una experiencia inolvidable. Son 8 días a bordo de los convoyes de este legendario ferrocarril atravesando siete diferentes husos horarios, con todos los paisajes imaginables.

Una pequeña historia: Esta maravilla de tren era un viejo sueño de los zares rusos que por una u otra causa se iba postergando. En 1886 Alejandro III se indignaba públicamente porque no se ponía en marcha la obra. Pero sus deseos no se atendieron hasta mayo de 1891, cuando en el extremo oriental de Rusia se inició el tendido de los primeros rieles.

Un año después se iba hacer lo mismo en el otro extremo. Había problemas económicos, pero a pesar de eso no se detuvo la construcción. Los ingenieros realizaron distintas artimañas para abaratar los costos: Los durmientes se colocaron a distancias más espaciadas que en las vías europeas, los rieles se construyeron con un acero mucho más liviano que el habitual y se utilizó muy poco balasto para afirmar las vías. 

Los obstáculos, sin embargo, no sólo fueron económicos: las excavaciones se hacían de modo primitivo -a pico y pala- y el clima gélido causó la muerte por congelamiento de muchos obreros. Los primeros 800 km se inauguraron en septiembre de 1894.

En agosto del año siguiente la vía llegaba hasta el río Obi.

Uno de los más largos de Siberia, en muchas oportunidades se tendieron los rieles directamente en el hielo; eran regados para que se congelaran, y quedaran fijos y el tren pudiera continuar su marcha. En esos casos, los pasajeros bajaban y cruzaban el río helado a pie mientras el maquinista cruzaba sobre el hielo. En el año 1896 en Siberia era muy difícil trabajar y un total de 66 mil hombres se dedicaban a abrir un corredor de 75 metros de ancho en pleno bosque; el cual fue terminado en 2 años pero faltaba el peor de los tramos: de 260 km a lo largo de la orilla sur del lago Baikal.

Se tenía que construir un puente sobre este lago pero iba demandar años de construcción, por lo que se decidió que los trenes cruzaran a bordo de transbordadores rompehielos.

 El 25 de septiembre de 1904 se hizo el viaje inaugural. Por primera vez en la historia se realizaba el trayecto sin escala desde la costa Atlántica de Europa hasta las costas orientales de Asia. El antiguo sueño de los zares se había cumplido: demandó más de 13 años de trabajo y un costo superior a los doscientos cincuenta millones de dólares. 

 

Durmientes

Balasto

Río Obi

Lago Baikal

Transbordadores Rompehielos

Místico Tren Transiberiano

Recorre los Urales rusos, las estepas mongolianas y la accidentada geografía del norte de China.

Cruzar Eurasia haciendo la ruta del Transiberiano probablemente sea la máxima aventura de toda una vida y un viaje que está apuntado en la lista de muchos trotamundos. Repleto de experiencias inolvidables, desde ver vistas de paisajes impresionantes hasta llegar a conocer la vida de los lugareños, todo ello hace que cubrir la ruta del Transiberiano sea un viaje memorable que recordará toda su vida.

Pero si además opta por hacerlo a bordo de uno de los trenes de lujo que circulan por las vías del Transiberiano disfrutará de un modo completamente diferente de viajar. Imagíneselo: es como viajar a través de Rusia, Mongolia y China montado en algo así como un “hotel sobre ruedas” de lujo, al estilo de los hoteles Ritz o Carlton: con cenas gourmet, y muchas oportunidades para trabar amistad con otros viajeros de todo el mundo.

Echemos un vistazo a las opciones entre las cuales puede escoger y así prepararse para tomar una decisión. Hay cuatro trenes de lujo que cubren la ruta del Transiberiano digno de destacar y que gestionan compañías privadas: el Águila de Oro, el Oro de los Zares, el Grand Deluxe Transiberiano y el flamante Rusia Imperial.

El Rusia Imperial

Las cualidades únicas de este tren hacen de él uno de los más buscados para realizar este viaje. En primer lugar, es un tren totalmente nuevo que está haciendo sus primeros viajes en 2014. También hace un recorrido por lugares menos trillados y te lleva a visitar las maravillosas Omsk, Tobolsk y Novosibirsk, destinos menos populares del Transiberiano, pero no por ello menos encantadores.

En términos de comodidad, el Rusia Imperial se puede comparar a hoteles como el Hilton o el Marriott, no de un lujo esplendoroso pero con buenas calidades y una gran comodidad. Las cabinas son grandes y espaciosas. Para las clases superiores se ofrece duchas dentro de las suites, dos lujosos coches-restaurante sirven exquisita gastronomía rusa durante el trayecto. Uno de sus atractivos es que es nuevo y se estrena este año. No se queda a la zaga de los trenes de lujo de Siberia y llega con unos itinerarios de viaje únicos y precios reducidos por ser su primer año en ruta.

El Águila de Oro

A continuación te presentamos el tren Águila de Oro, uno de los más lujosos. A diferencia del poco rodaje que tiene a sus espaldas el Rusia Imperial, el Águila de Oro acumula años e historia. Es como un anciano viejo y majestuoso. De hecho, es uno de los mejores trenes de lujo de todo el mundo. Tiene las habitaciones más grandes de todos los trenes del Transiberiano y la cantidad de servicios impresionarán y complacerán a todos los viajeros. Se sirve champán a bordo, hay artículos de L’Occitane y servicio las 24 horas del día a disposición del viajero, por nombrar sólo algunos. 

Una característica especial de este tren es que lo conduce una locomotora P36, que cuenta con una de las máquinas de vapor de tren más antiguas. Comparado con un hotel, el Águila de Oro vendría a ser un Four Seasons sobre ruedas. En definitiva, si busca un lujo sin precedentes, este es su tren. Para disfrutar de un viaje de dos semanas a bordo de este tren privado único estad preparados para desembolsar unos 20.000 dólares. Si se compara con las tarifas del Rusia Imperial, las de este último son de a partir de 5.000 dólares por un programa similar.

Y en último lugar, aunque no menos importante, el Oro de los Zares y el Grand Transiberiano Express son dos opciones muy populares por razones muy concretas. Los dos ofrecen calidad, espacio, intimidad y un nivel de lujo bastante alto. Sin embargo, cada uno cuenta con sus propias ventajas.

El Oro de los Zares

Es el tren privado que circula por las vías rusas más antiguo (aunque eso no significa que sea menos confortable, pues los trenes se renuevan casi cada temporada). Sus habitaciones son grandes y ofrecen precisión y calidad alemanas en todos sus servicios e instalaciones, dado que pertenece a una compañía alemana. Comparado con un hotel, el Oro de los Zares sería uno de clase Kempinski. Tiene cabinas espaciosas que ofrecen un confort de primera categoría. Una característica especial de este tren es sus compartimentos “Nostálgica”, que están amueblados al estilo de los viejos trenes soviéticos en los que solían viajar los líderes comunistas. Ese decorado hará que disfrutéis por partida doble de la experiencia, pero las cabinas “Nostálgica” sólo ofrecen duchas compartidas.

El Grand Trans-Siberian Express

Este tren también lo gestionan alemanes. En términos de comodidad se encuentra al mismo nivel que el Rusia Imperial. También tiene una gran oferta de cabinas regulares y tarifas más asequibles que el Oro de los Zares. Ofrece música en vivo en el lounge del tren.

Un viaje con todo lujo a través de Siberia es algo que no tiene parangón en el mundo del turismo. Si bien los cruceros son hoteles de cinco estrellas sobre el agua, estos trenes son hoteles cinco estrellas sobre ruedas. Deslizarse a través de Siberia en la intimidad y el lujo de un tren es como entrar en un mundo nuevo. Esperamos que esta breve introducción a los Transiberianos de lujo os ayude a escoger la mejor opción para un viaje inolvidable a través de Eurasia.

Slava Shirokov un apasionado viajero y presidente de Travel All Russia, una compañía de gestión de destinos especializada en Rusia. Creció en el Extremo Oriente ruso y ha hecho dos veces el viaje en el Transiberiano.