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La villa de la eterna juventud Hunza

Vivir hasta 120 años sano y lucido

No es ningún secreto que para vivir muchos años hace falta aprender a abstenerse de ingerir abundante comida y deshacerse de malos hábitos. A veces la misma vida condiciona tales reglas excepcionales.
Un asombroso ejemplo de ello es la vida de una pequeña nación hunza que cuenta con apenas unos 100 mil habitantes. Los hunza viven en las zonas montañosas de Cachemira a la altura de 2 mil metros sobre el nivel del mar en el norte del subcontinente Indio. Las condiciones de su vida son muy difíciles: allá casi no hay tierra laborable y la poca que hay se usa para cultivar hortalizas y cereales.  Las lluvias son escasas y los hunza aprendieron a ahorrar el agua. Los únicos árboles que allá crecen son chabacanos cuyos frutos se secan y se consumen todo el año. Las vacas, cabras y ovejas de pequeños tamaños dan poca leche y su carne no tiene grasa. Los hunza nunca comen azúcar, harina blanca y sal. Los granos de trigo los muelen, mezclan con agua y secan en el sol para obtener tortillas.
Los hunza viven en pequeñas casas de piedras sin ventanas con un solo orificio para salida de humo. Gastan parcamente la poca leña que tienen para hacer únicamente la comida  y hasta se bañan con agua fría. No calientan las viviendas durante los fríos inviernos que duran tres meses. Los restantes nueve meses viven al aire libre respirando día y noche el aire fresco. Y a pesar de todo esto, los hunza no se enferman, son gente sana y resistente. Son de aspectos agradables, esbeltos, siempre de buen humor, tranquilos, amigables y hospitalarios. Las mujeres hunza a sus 40-50 años lucen como jóvenes. Son capaces de dar a luz a la edad de 65 años y los hombres a sus 90 y más años son activos físicamente y trabajan en el campo. Allá no hay hospitales por falta de enfermos y los hunza son el único pueblo en la Tierra que no tienen enfermedades malignas y hasta los ancianos de vejez avanzada no tienen demencia senil. No tienen cárceles por ausencia de crímenes.
Fue en 1963 cuando una expedición médica francesa visitó la región donde habitan los hunza. Los franceses realizaron el censo y se quedaron boquiabiertos cuando encontraron en una mezquita los documentos que testimoniaban que la expectativa promedio de vida de los hunza era de 120 años.
Los hunza dicen que sus antepasados eran soldados del ejército de Alejandro Magno. Hablan los idiomas burushaski y wakhi que no habla ningún otro pueblo. Su religión es ismaelita que es una secta de chiitas musulmanes. En fin, son personas positivas, muy frugales en la comida, pero beben mucha agua de los ríos cristalinos montañosos que tienen cualidades curativas. Los alimentos de los hunza y su modo de vida, y como consecuencia su longevidad, hacen que a su tierra la llamen Shangri-lá, la tierra de la juventud eterna.




 Su característica principal es que siempre están de buen humor lo que deriva en una vida apacible y plena.

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