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Conguillio, Chile

El Reino Encantado del Pehuén
Volcanes que tienen vida, lagos de distintos colores, bosques prehistóricos y un paisaje que parece sacado de la luna. Si lo tuyo es el contacto pleno con la naturaleza, este Parque Nacional se lo da garantizado.
En el año 2006 al llegar a La Baita un equipo de producción ingles finalizaba sus filmaciones en el lugar.
Científicos y productores llegaron al lugar no para disfrutar de las bondades del Parque Nacional Conguillío, sino para utilizar parte de la explanada del volcán Llaima como escenario prehistórico en el premiado documental de Discovery Channel, "Caminando con Dinosaurios" .
Necesitaban un suelo como ese, ausente de pasto. Contrataron gente de la zona para que, literalmente, barrieran las faldas del Llaima y no dejar huella alguna de los vehículos que habitualmente se internan en Conguillío. Así con una sencilla escoba la fueron eliminando una por una. El resultado fue un escenario soberbio, aunque no tanto como el Llaima mismo, con sus 3.125 metros de altura, uno de los volcanes más activos de Sudamérica y que ha modificado por miles de años el paisaje, alterando la morfología y originando diferentes lagunas y lagos. Es por la acción volcánica del Llaima que este paisaje, específicamente, parece tan agreste. 
Un mes entero estuvieron filmando los realizadores del documental, exhibido en todo el mundo. Un mes alternando, además con los cientos de extranjeros que llegan a La Baita para hacer ecoturismo. No fue exactamente esta actividad lo que motivo al antropólogo italiano Luca Citarella y a la chilena Isabel Correa para instalar su centro ecoturístico, sino la posibilidad de vivir en medio de un santuario de 32 hectáreas.
Un objetivo mayor. Pero una cosa lleva a la otra y ahí están con su propiedad, a la que bautizaron como La Baita, inspirados en los refugios de las famosas montañas Dolomitas.
Siempre hay movimiento y actividad en el Parque Nacional Conguillío. Declarado Patrimonio Mundial de la Biosfera, esta área protegida, de aproximadamente 60 mil hectáreas, es quizás una de las de mayor potencial para la práctica del ecoturismo. En el pasado fue utilizado como lugar de recolección del fruto del Pehuén, o Araucaria. De ahí viene el término Pehuenche, porque este nombre está relacionado precisamente por la labor de recoger los piñones.
El Agua de la Vida
La primera parada será en Laguna Verde. Rodeada de bosques nativos, donde comienza a llegar el otoño, el encuentro no podrá ser más perfecto. El sol de la mañana, ilumina todo, logra que sus aguas saquen sus mejores colores, que contrastan con el gris de la arena volcánica.
En menos de 10 minutos, el paisaje cambia y comienza haber mucha más vegetación sobre todo de bosques de araucarias.
Acá nos detenemos nuevamente, para deleitarnos esta vez con la laguna Arco Iris, que empieza a evaporar sus aguas por la acción del sol radiante. Como un verdadero espejo, refleja los colores del Llaima y los bosques milenarios que lo rodean.
Al seguir con una suave caminata por un sendero que cruza la mitad del bosque, haciendo ingreso al sector de Playa Linda.
El espectáculo sobrecoge, porque producto de la lluvia, La Sierra Nevada luce su mayor esplendor.
El ascenso no termina: un sendero conduce al mirador del lago.
Es una hora de camino, una hora donde permanecemos hipnotizados por tanta belleza. El esfuerzo no es en vano: arriba se consigue una vista privilegiada de la masa de agua de 753 hectáreas que componen el lago Conguillío y su entorno. 
Desde la altura se observa también la inmensidad del volcán y lo extenso de la Sierra Nevada, que en ciertos sectores alcanza los 2500 m.
La Madre Pehuenche
El sendero denominado los Carpinteros se inicia desde el sector de Playa Grande o Curacautín, a orillas del lago Conguillío, para luego internarse en un bosque de araucarias y coigües que aquí alcanzan dimensiones sobresalientes estos verdaderos gigantes poseen la particularidad de no haber sido afectados mayormente por las sucesivas erupciones del Llaima, lo que permite conocer cómo era la vida silvestre en el pasado.
El próximo espectáculo natural es la llamada "Araucaria Madre".
Tiene cerca de 1500 años de edad y es el ejemplar de mayor longevidad del parque. Este árbol sagrado de los pehuenches, que posee un tronco de dos metros de diámetro, realmente conmueve. La reacción de quien lo ve es abrazarlo para llenarse de su energía es entonces que comprendemos porque los pehuenches lo veneran como su árbol sagrado y porque lo utilizan en sus ceremonias más importante.
Al retomar el sendero y buscar la salida, la Laguna Captrén.
Aquí nos recibe una gran variedad de avifauna, que demuestra su presencia con los mejores sonidos y vuelos. Es, lejos, la más enternecedora despedida del reino encantado del pehuén.
Al salir de Conguillío sabemos que lo más seguro que en pocos años más todo lo que vemos volverá a cambiar, gracias al ciclo maravilloso de la naturaleza.





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