Las bellezas de Magallanes, Chile

Punta Arenas y sus alrededores

La Patagonia Chilena ofrece tantas maravillas como encantos para los visitantes. Es la puerta de entrada esta gélidas Tierras, que no por ello los visitantes no dejan de volver.

Desde el aeropuerto bordeando la zona costera se llega al centro de Punta Arenas ciudad de unos 130 mil habitantes, capital regional de Magallanes, su principal economía está basada en la ganadería y minería. Y en los últimos años ha tenido un desarrollo considerable en la parte turística.

Durante el verano los días son muy largos, oscureciéndose alrededor de las 11 de la noche, la temperatura es agradable pero hay que lidiar con fuertes ráfagas de viento que comienzan en septiembre y concluyen al iniciar el otoño. En invierno los días son más cortos, llega la nieve y cesan los vientos. Cada estación tiene su encanto.

En este city tour la primera parada es la plaza Benjamín Muñoz Gamero, ubicada en el centro comercial de la ciudad, rodeada de cipreses y abedules donde se encuentra uno de los íconos esculturales de mayor simbolismo del encuentro de los pueblos nativos, extranjeros y grandes viajeros, el monumento a Hernando de Magallanes, en cuya parte inferior se encuentra un nativo Selk'nam con un pie de bronce muy reluciente, producto de los incontables besos que recibe a diario; La leyenda dice "quien besa el pie del indio volverá a Punta Arenas.

Lo más impactante del paseo urbano son las hermosas construcciones aledañas de indiscutibles influencias europeas que nos invocan a un pasado fastuoso donde colonos lograron arrasar grandes fortunas con la ganadería, a expensas del exterminio de los pueblos originarios. Testigo de aquella era son el Palacio Sara Brawn (1895), ubicado en la esquina de Pedro Montt con Bories; más allá las construcciones de José Méndez y en la otra cuadra la Intendencia Regional, denominada también como "la Moneda Chica", por su semejanza con el palacio presidencial; y la municipalidad, entre otros edificios patrimoniales.

Subiendo por calle Pedro Montt se llega al mirador Cerro La Cruz, un área urbana en las alturas con una vista panorámica de toda la ciudad y de donde es posible divisar Tierra del Fuego, todo esto a pocos pasos de la plaza.

Dos cuadras más abajo está la costanera, una extensa avenida y paseo peatonal que da directo al Estrecho de Magallanes aquí se pueden ver antiguas embarcaciones y un añoso muelle de principios del siglo XX donde se puede ver una colonia de cormoranes que llega al amanecer y se marcha en la tarde.

En la costanera da la sensación de estar parado frente al fin del mundo.

Siguiendo el recorrido se encuentra el monumento de la Goleta Ancud que nos recuerda a un grupo de valientes que viajó desde Chiloé para tomar posesión desde el Estrecho de Magallanes el 21 de septiembre de 1843.

Pasos más adelante está la desembocadura del río Las Minas, accidente geográfico que por su condición da el nombre a la ciudad. Dicho afluente arrastra sedimentos y carbón que formaron una larga punta de arena que se internaba en el mar y terminó por designar el lugar donde posteriormente se fundaría la ciudad.

Torres del Paine

La salida a esta octava Maravilla del Mundo es de la Ciudad de Puerto Natales, distante a unos 145 km del parque, desde allí la ruta 9 Norte le conducirá hasta el pequeño poblado de Cerro Castillo, donde puede conocer el museo o adquirir suvenir.

Por el camino será sorprendido, por las manadas de guanaco que corren libres por la pradera, ñandúes. Zona rica en fauna nativa, habitada por pumas, zorrillos, zorros, huemules y diversas aves como águila morada, cóndores, flamencos o el carpintero magallánico, entre otras especies. La Laguna Amarga ahí está una de las mejores vistas de Torres del Paine, los tres picos de granitos que dan nombre al parque se ve desde aquel lugar si el clima cambiante lo permite.

La maravilla no son tan solo las Torres, hay otros montes hermosos y conocidos como El Macizo Paine Grande, los Cuernos de Paine, el Cerro Fortaleza y el monte Almirante Nieto, todos con su espectacular belleza y diseño.

Orígenes de estas Tierras

Por centurias los habitantes originarios de la Patagonia fueron los Tehuelches, pueblo hábil de cazadores que lanza o boleadora en mano se alimentaban de guanacos, ñandúes y otros animales endémicos. Desconocedores de la cultura occidental fueron incapaces de comprender el valor de la propiedad privada, por lo que a la llegada de las estancias coloniales incluyeron en su dieta animales de crianza, convirtiéndose en un problema para los estancieros. La respuesta fue brutal, los cazadores fueron literalmente cazados, sus vidas tenían precio y hasta la casa de niños fue remunerada. Se extinguieron a punta de escopeta. Los pocos que sobrevivieron escaparon a Argentina, dando fin a un pueblo y su cultura.

Parque Historia Patagonia

Bordeando 5 km de costa abarcando 130 hectáreas de bosque nativo, se abre paso a orillas del Estrecho de Magallanes el Parque Historia Patagonia, un verdadero viaje en el tiempo, un espacio de gran belleza natural y una enorme carga histórica.

El parque se ubica a 53 km al sur de la ciudad de Punta Arenas tiene dos grandes atractivos, Fuerte Bulnes y Puerto del Hambre, ambos se pueden visitar durante todo el año.

Fuerte Bulnes

Es el vestigio del esfuerzo colonizador del Estado Chileno. En el año 1843 zarpó al Estrecho la Goleta Ancud, comandada por el capitán de la fragata Juan Williams, llegando al sector de Punta Santa Ana el 21 de septiembre del mismo año.

Puerto del Hambre

Fruto de una expedición española encabezada por el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa.

Intentaron colonizar y tuvo un final trágico, los habitantes murieron por falta de alimento.

Isla Magdalena

A 1 hora de navegación desde Punta Arenas, se encuentra la isla donde habitan 300 mil pingüinos patagónicos.

Laguna Blanca

A 100 km al norte de Punta Arenas se encuentra esta comuna, un espacio que refleja en toda su extensión la vida de la estepa magallánica; un paisaje extenso donde el horizonte se pierde, cubierto de coirones, hierbas y pequeños arbustos. En este ambiente se reproduce y vive la cultura del ovejero, con grandes estancias cuya principal fuerza productiva es la crianza de ganado bobino, un símbolo de lo que es la Región.

La jineteada